lunes, 16 de junio de 2008

Pocho Lepratti, El angel de la bicicleta

El 19 de diciembre de 2001, en medio de la crisis que terminaría con la caída del presidente De la Rúa, varios policías (que llegaron en el móvil n.º 2270 del Comando Radioeléctrico de la ciudad de Arroyo Seco, a 30 km al sur de Rosario) se pusieron a tirotear el fondo de la escuela. Lepratti subió al techo para defender a los menores que en su interior se encontraban comiendo. Se asomó gritando: “¡Hijos de puta, no tiren que hay pibes comiendo!”. Los uniformados Esteban Velásquez y Rubén Pérez hicieron fuego con sus escopetas Itaka, con balas de plomo (después entregaron a la pericia cartuchos de balas de goma) le acertaron un balazo que le entró a Lepratti por la tráquea. Murió en pocos instantes.

La Dirección de Asuntos Internos de la policía provincial reconoció en un informe que “el asesinato del militante social Lepratti ocurrió fuera de la zona de saqueos y en los fondos de una escuela”, y que “no se justifica haber efectuado los disparos reconocidos, aun en carácter intimidatorio”. Los policías acusados argumentaron que habían abierto fuego porque habían sido atacados a balazos por vecinos apostados en el techo de la escuela. El vehículo policial tenía efectivamente marcas de balazos, pero todos realizados a nivel del suelo.

Una de las testigos recogió un cartucho naranja (que corresponde a la munición de plomo), y lo entregó a los investigadores policiales, pero éstos —para encubrir el hecho— le entregaron a la Justicia un cartucho verde (que corresponde a las municiones de goma).

Desde ese momento Lepratti se convirtió en un mártir y símbolo de la resistencia de los sectores más desposeídos de la provincia de Santa Fe.


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